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    Pontevedra : unos cientos de ignorantes, cuatro toros infumables y un par de cornadas... empañan la tarde

    Salía de un cólico nefrítico que le tumbó toda la semana. Y en esta su reaparición y debut en la plaza de Pontevedra, Conde salió con ganas, con muchas ganas. Pero unos cuantos cientos de maleducados aficionados -cosa normal entre 7.500 almas- la emprendieron con el, sobre todo en su segundo toro, y no le silbaban tras ejecutar un pase o terminar una tanda; le abroncaban ya antes de iniciarla, en cuanto fijaba sus peculiares distancias... Cuando se pierde el respeto por quien se juega la vida en el ruedo, nada hay en que pueda sustentarse el irracional comportamiento de quien paga una entrada, si, pero que jamás podrá llamarse aficionado...
    Javier Conde vino a Pontevedra a hacer "su" Toreo. Y "su" Tauromaquia es la que es... pinceladas de buen gusto, posiciones casi de ballet por momentos, aperturas a los espacios muertos desde muleta amplísima, distancias grandes para lucir junto al toro que se arranca; afarolados momentos; lucidez y pose; sentimiento y temple; cadencia y tiempo, espacios y pausas prolongadas que deberían invitar a la reflexión y al silencio para un mejor disfrute de lo que por los ojos entra...
    Ayer, en Pontevedra, unos cientos de exaltados no entendieron ni la primera letra de esta Tauromaquia distinta, no habitual, no políticamente correcta... y la emprendieron incluso en exabruptos con quien, guste o no, al menos merece un respeto.
    Javier Conde mostró que quería agradar; no le faltó empeño. Si por esos energúmenos fuera,
    le sacarían a empellones de la plaza. Felizmente, la mayoría de los asistentes supieron cuando menos respetar lo que veían. Pero a esos cientos de ignorantes ni siquiera les valió el buen manejo de la espada del torero-artista. No hay duda que esa tropa de indocumentados estará más feliz saboreando el salto de la rana o cualquier otra payasada puesta sobre la arena.
    La Tauromaquia de Javier Conde, termino, es la que es. Y cuando uno va a una plaza y este torero se anuncia, ha de saber lo que hay, para al menos, intentar respetar lo que se nos ofrece.
    Conde estuvo en general bien en Pontevedra. Muy decidido en su primer toro, en donde llegó mucho al público. En el cuarto de la tarde, Javier se excedió en medida y tiempo y acabó vulgarizando un tanto una faena en la que podía haber dado más de si; no resultó así porque -posiblemente- la actitud de los irracionales antes referidos, acabó por turbarle, como comprensible resulta a poco que nos pongamos en la piel el torero.
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    José Tomás reaparecía en Pontevedra tras su encerrona con 6 toros en Barcelona. Venía con ganas, pero de frente tuvo a una especie de novillote en su primero, que -encima-rodaba cada dos por tres por los suelos. Sin Toro no hay Fiesta, dice el dicho que es verdad como templo. Y para los aficionados de verdad, soportar semejante esperpento, con un torete impresentable y un torero como la copa de un pino, es todo un tremendo disgusto muy difícil de soportar.
    En el quinto de la tarde, que de salida parecía otra cosa, volvimos a estar ante un toro parado, sin nada en su bagaje, insonso -como dirían los hermanos portugueses- pero encima absolutamente desrazado, impropio para consumo -como seguirian diciendo los muchos lusitanos presentes este domingo en Pontevedra-. El resultado fue que José Tomás tuvo que quedarse en blanco en la tarde de Pontevedra,
    sin materia prima alguna con la que construir sus pretendidas grandes faenas. Desilusión tremenda en la plaza.
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    A Castella le correspondió el mejor toro de la corrida. Bonito de capa el sexto y aceptable de hechuras, el morlaco dio intensidad a la faena del galo. Y Castella, que lucía vendaje obligado en su muslo izquierdo, volvió a repetir lo ya evidenciado en el tercero de la tarde : muchas ganas, enorme técnica y buen momento de forma. Al tercero, Castella le inventó la faena...enseñó al toro desde inicio por donde debía de ir... y el toro, tapados sus defectos por los excelentes recursos del torero, hasta parecía potable. Circulares, pases por detrás; inicios por alto con dosantinas; encimismo por momentos... todo para componer un puzzle que hizo vibrar al espectador y que confirmó el excelente momento que esta temporada vive Sebastian Castella.
    Eso sí, tanto educó al tercer toro de la corrida que este, en un momento de descuadre casi inevitable, se lo echó a los lomos y le enjaretó una cornadita en el muslo que le va a tener parado unos días. Castella siguió firme su faena, aunque cojeando, optó por no ir a la enfermería, pedir que le vendaran en el callejón y en cuanto rodó el sexto y recibió -como en el tercero- la oreja, renunció a la puerta grande y buscó la inevitable puerta de la enfermería.
    Bien y bravo Castella. Pero también vibrante, técnicamente casi perfecto; artísticamente notable alto... Fue lo mejor de la corrida, llevándose dos orejas (1+1) y estando bien el presidente no dándole la segunda oreja que en el tercer toro pedía el público porque... matar bien debe tener su premio, pero hacerlo defectuoso en estocada fuera del lugar adecuado, debe tener también su valor negativo... Felizmente, en Pontevedra se va mejorando y poco a poco, aún siendo plaza amable, los criterios de lo regalamos todo, son ya tiempos que parecen lejanos. Así debe ser...
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    De los toros de César Rincón (El Torreón) ya está dicho todo en la amplia ficha de la corrida que ofrecemos aparte. Solamente apuntar que convendría cuidar un poco más el ganado que se elige para una Feria ya importante como es la de Pontevedra. Los Lozano son buenos empresarios, lo demostraron en media España desde décadas; en Pontevedra son muy queridos por los aficionados que valoran el esfuerzo en todos los sentidos que han hecho por hacer grande esta plaza. Tienen que dejar a un lado sentimentalismos y amistades y si ganaderías como la de Rincón siguen -como así reiteran- por el camino de lo impresentable, prescindir de ellas va a ser el mejor camino para evitar que manchen una Feria que a los propios empresarios tanto les ha costado llevar al conceptuado lugar que actualmente ocupa en el panorama taurino español.
    EUGENIO EIROA
    Director de MORRAZO-TRIBUNA
    y NATURALES-CORREIO DA TAUROMAQUIA IBERICA