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    TRAS EL TAURICIDIO DE CATALUNYA

    CRÓNICA DEL TERCER DÍA...
    Como NATURALES ya les viene adviertiendo, el intento del Partido Popular de que se apruebe en el Congreso de los Diputados, en la capital de España, una ley estatal que acabe por tumbar lo aprobado en Catalunya y de paso proteja la Tauromaquia para siempre, no va a salir adelante. Hace unas horas, hemos asistido al habitual doble juego, doble cara, del Partido Socialista en este asunto, donde su líder, Zapatero, no deja lugar a dudas de no mover un dedo por la Tauromaquia.

    Mientras el Partido Popular llevó al Congreso ya y metió por registro su borrador cara a esa pretendida ley de protección de la Tauromaquia, el PSOE escenificó el doble, inútil y vergonzante doble juego que en este asunto le caracteriza y que llevará, con el paso del tiempo -ya lo verán- a otros atropellos de la libertad -en otras partes de España- como acaba de suceder en Catalunya. El PSOE no ve más allá de sus narices. O no le conviene ver.

    Ayer, el vicepresidente del Gobierno, Manuel Chaves, ya anunció que se pasarán las intenciones del Partido Popular por el forro de sus caprichos... Eso sí, si hay que decir Viva la Tauromaquia!, se dice mil veces; pero de legislar para que ningún oportunista acabe con ella, nada de nada... El doble juego, la doble cara, la hipocresía... Porque mientras Chaves ya anticipaba que no están por salvar la Tauromaquia aunque la "quieren" mucho... el PSOE se declaraba --solo de palabra- abiertamente en contra de la prohibición de la Fiesta y ayer hubo consigna tanto desde el partido como desde el palacio de La Moncloa para que así se proclamase. Ministros (José Blanco (natural de Galicia), Francisco Caamaño (Galicia), Bibiana Aído (Andalucía), Ángeles González-Sinde (Madrid) ), barones territoriales (en Extremadura, Castilla-La Mancha, Andalucía) diputados estatales y de otros Parlamentos autonómicos y varios cargos políticos y orgánicos salieron en tromba a manifestarse en contra de la prohibición catalana. La primera, la secretaria de Organización, Leire Pajín -caracterizada siempre por su incontenible verborrea- , quien pidió «respeto y tolerancia» a las tradiciones. Más lejos fue el castellano-manchego José María Barreda, quien considera un «error» y «un debate identitario» la prohibición de las corridas de todos. También dijo que «cada cual es responsable de mantener la disciplina de voto en su grupo parlamentario, así que cada cual aguante su vela y sea responsable de sus actos»...

    Es inaudito que un vicepresidente de un Gobierno de España diga que "el Gobierno entiendo los toros como Cultura" y al mismo tiempo afirme en público que "rechaza protegerlos".

    Triste realidad la de un partido, el socialista, que en Catalunya hace una cosa, en Extremadura otra, en Madrid otra... ¿Cómo van a aprobar una ley que unifique y defienda por igual una actividad como la Tauromaquia en todo el Estado, si les encanta -a la vista está- jugar según convenga con una España a trozos..., cada vez menos Estado, cada vez más rompecabezas?.

    Así está la Tauromaquia en España, al tercer día desde el Tauricidio catalán. Solo pensar en ver en las gradas de la plaza de Pontevedra, los dos próximos fines de semana, tantos políticos, del signo que sea, que llegado el momento no moverán un dedo para salvar la Tauromaquia, dan ganas de no acudir a la Feria. Siempre hay una solución : ponerse unas pinzas en la nariz y evitar la pestilencia que bastantes despiden...

    EUGENIO EIROA



    P.S./ Tras interpretar "Simón Bocanegra", cuando al final de la función en el Teatro Real de Madrid, la otra noche, el público le ovacionaba puesto en pié... alguien le gritó ¡torero, torero!. Entonces, Plácido Domingo -¡qué grande!- cogió una tela granate y allí mismo, sobre el mismo escenario del Teatro Real, dio varios capotazos, mientras ya toda sala gritaba al unísono ¡torero, torero!. El universal artista Plácido Domingo -que siempre respetó y defendió la Tauromaquia- mostraba así su repudio a lo sucedido en Catalunya. El Teatro Real de Madrid vivió así la ovación más larga de su historia: 32 minutos de aplausos, al final de la función, para el tenor Plácido Domingo en su última actuación como barítono en la ópera Simon Boccanegra, de Verdi.

    Según publica el diario El Mundo, al que corresponde la pequeña foto ilustrativa de lo que decimos, Plácido quiso mostrar su opinión, totalmente contraria a la prohibición de las corridas en Cataluña: "Lo he hecho porque con lo que ha pasado es el día que había que hacerlo. Estoy orgullosísimo de todo lo español", explicó el artista.