François Zumbiehl, francés y defensor cultural de la Fiesta : «Prohibir la Fiesta supondría un exilio cultural propio de una dictadura»
Interesante entrevista en ABC
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POR ROSARIO PÉREZ
-Desde el Observatorio francés luchan para que la Fiesta sea declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Defina el concepto.
-Es toda expresión cultural, artística o ritual que no sea monumento, sino algo vivo, como una fiesta de carnaval, una ceremonia de Semana Santa y, por supuesto, los toros. Es patrimonio porque transmite una tradición de generación en generación y tiene su propia historia. La Fiesta cumple todos los requisitos para entrar en la Unesco: arte del espectáculo, ritual, ceremonia festiva, artesanía, acercamiento a la naturaleza y tradición oral.
-¿Qué pasos deben seguirse para recibir ese reconocimiento?
-Lo más importante es que en cada uno de los lugares, regiones o países de tradición taurina los aficionados y los políticos tomen conciencia de que la Fiesta de los toros es un patrimonio, es decir, se autorreconozcan como partícipes de una expresión cultural.
-En Francia nos han tomado la delantera...
-En mi país hacemos que los alcaldes y el conjunto de los aficionados, con sus peñas y el Observatorio Nacional de las Culturas Taurinas, se autorreconozcan como partícipes de un patrimonio inmaterial. Ése es el paso más importante. Luego, a través de una coordinación de los ocho países con tradición taurina, hay que presentar un argumento a la Unesco. Las 46 ciudades taurinas de Francia han votado de forma unánime el reconocimiento de la tauromaquia como patrimonio cultural inmaterial y han decidido organizar en cada una de ellas un evento cultural en septiembre. Sería magnífico que un gesto de tal significado político se produjera en España.
-Si la Fiesta conquista esta distinción en la Unesco, ¿qué consecuencias tendría?
-No se podría ni pensar en cualquier iniciativa antitaurina para abolir la Fiesta de los toros, porque sería protegida por la Convención de la Unesco. Lo de Cataluña no hubiese pasado.
-¿Les duele esta situación al otro lado de los Pirineos?
-Muchísimo. Pensamos que la Fiesta ha sido tomada como rehén por un planteamiento meramente político, mientras que en la Cataluña francesa tiene toda su vigencia e importancia.
-En Francia no parece posible que ocurra algo así.
-También hay grupos animalistas antis, pero no consentimos que los aficionados sean acusados de ser unos seres perversos, a los que únicamente les mueve el placer de ver correr la sangre del toro bravo. Es una calumnia absoluta, porque la Fiesta está basada en el respeto del toro. Y en segundo lugar la Fiesta no sólo es un patrimonio inmaterial, sino que tiene un gran sentido ecológico. No se entiende que los ecologistas lleven, con la supresión de las corridas, a la desaparición de los encastes, patrimonio genético de primera magnitud. Urge reconocer la libertad de expresión cultural y el respeto a las diversidades.
-Nicolas Sarkozy fue tajante: los toros ni tocarlos.
-Él nunca tomaría ninguna iniciativa de este tipo. Estoy seguro. Sarkozy respeta esa diversidad de las culturas y sabe perfectamente que en el Sur de Francia, en las regiones taurinas dirigidas por la izquierda o la derecha, hay conciencia de que los toros son un patrimonio, una cultura y una gran aportación económica para el país. Y más en un momento de crisis. Es muy grave que una autoridad política quiera cohibir en España esta libertad de expresión y participación de los aficionados.
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POR ROSARIO PÉREZ
-Desde el Observatorio francés luchan para que la Fiesta sea declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Defina el concepto.
-Es toda expresión cultural, artística o ritual que no sea monumento, sino algo vivo, como una fiesta de carnaval, una ceremonia de Semana Santa y, por supuesto, los toros. Es patrimonio porque transmite una tradición de generación en generación y tiene su propia historia. La Fiesta cumple todos los requisitos para entrar en la Unesco: arte del espectáculo, ritual, ceremonia festiva, artesanía, acercamiento a la naturaleza y tradición oral.
-¿Qué pasos deben seguirse para recibir ese reconocimiento?
-Lo más importante es que en cada uno de los lugares, regiones o países de tradición taurina los aficionados y los políticos tomen conciencia de que la Fiesta de los toros es un patrimonio, es decir, se autorreconozcan como partícipes de una expresión cultural.
-En Francia nos han tomado la delantera...
-En mi país hacemos que los alcaldes y el conjunto de los aficionados, con sus peñas y el Observatorio Nacional de las Culturas Taurinas, se autorreconozcan como partícipes de un patrimonio inmaterial. Ése es el paso más importante. Luego, a través de una coordinación de los ocho países con tradición taurina, hay que presentar un argumento a la Unesco. Las 46 ciudades taurinas de Francia han votado de forma unánime el reconocimiento de la tauromaquia como patrimonio cultural inmaterial y han decidido organizar en cada una de ellas un evento cultural en septiembre. Sería magnífico que un gesto de tal significado político se produjera en España.
-Si la Fiesta conquista esta distinción en la Unesco, ¿qué consecuencias tendría?
-No se podría ni pensar en cualquier iniciativa antitaurina para abolir la Fiesta de los toros, porque sería protegida por la Convención de la Unesco. Lo de Cataluña no hubiese pasado.
-¿Les duele esta situación al otro lado de los Pirineos?
-Muchísimo. Pensamos que la Fiesta ha sido tomada como rehén por un planteamiento meramente político, mientras que en la Cataluña francesa tiene toda su vigencia e importancia.
-En Francia no parece posible que ocurra algo así.
-También hay grupos animalistas antis, pero no consentimos que los aficionados sean acusados de ser unos seres perversos, a los que únicamente les mueve el placer de ver correr la sangre del toro bravo. Es una calumnia absoluta, porque la Fiesta está basada en el respeto del toro. Y en segundo lugar la Fiesta no sólo es un patrimonio inmaterial, sino que tiene un gran sentido ecológico. No se entiende que los ecologistas lleven, con la supresión de las corridas, a la desaparición de los encastes, patrimonio genético de primera magnitud. Urge reconocer la libertad de expresión cultural y el respeto a las diversidades.
-Nicolas Sarkozy fue tajante: los toros ni tocarlos.
-Él nunca tomaría ninguna iniciativa de este tipo. Estoy seguro. Sarkozy respeta esa diversidad de las culturas y sabe perfectamente que en el Sur de Francia, en las regiones taurinas dirigidas por la izquierda o la derecha, hay conciencia de que los toros son un patrimonio, una cultura y una gran aportación económica para el país. Y más en un momento de crisis. Es muy grave que una autoridad política quiera cohibir en España esta libertad de expresión y participación de los aficionados.
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