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    Vítor Mendes: «Con este ilusionante proyecto de apoderar a Palomo Linares y algún festival mataré mis saudades taurinas»

    PONTEVEDRA/LISBOA/MOURAO (NATURALES).- Víctor Mendes vuelve al primer plano de la actualidad. Lo hace tras aceptar apoderar a Palomo Linares hijo. Mendes se muestra ilusionado y con ganas de llegar lejos con su poderdante. Reconoce las dificultades pero las cree superables teniendo en cuenta las virtudes del matador que va a tutelar. El diario ABC se hizo eco de las ilusiones de apoderado y torero.

    Víctor Mendes hace el paseíllo en el ruedo del apoderamiento con Palomo hijo. Los motivos: «Mi amor por el toro y ver un proyecto fiable». ¿Qué condiciones aúna su poderdante? «Son extraordinarias. Tiene carácter, personalidad y mucho que decir en la cara del toro. Evidentemente, ha toreado poco y se le puede ver algo verde, pero está muy mentalizado». Sus consejos para alcanzar cotas altas: «Entrega total y arrimarse al toro».
    Curiosamente, Mendes recibió la alternativa de manos de Palomo Linares, de quien comenta que su pupilo posee rasgos: «Tiene como referencia máxima a su padre. De todos modos, creo que es un handicap ser hijo de una figura, pues a veces se convierte en una losa por las posibles comparaciones». Los planes: «Prepararse intensamente, triunfar y estar en el candelero. Hay que colocarse arriba, que es donde se parte el bacalao y se reparte el bollo».
    Aunque dice el refrán que el toro de 5 y el torero de 25 y Palomo ha cruzado la barrera de los 30, el maestro portugués no lo considera obstáculo: «Es cierto que se escapa a las normativas actuales, donde los toreros suelen irrumpir más jóvenes. Pero no hay que olvidar que algunas figuras, como El Cordobés, rompieron de modo más tardío».
    Víctor Mendes, a caballo entre Portugal y España, posee una afición mayúscula. Se entrena, participa en tentaderos y cuenta que, después de actuar la pasada temporada en Bayona en una corrida extraordinaria por sus 50 años, «me han «bombardeado a llamadas». Pero asegura que no tiene intención de vestirse de luces: «Ponerse delante del toro no es ninguna broma. Siendo responsable y por sentido ético, no es hora de lidiar corridas, pues quiero que el aficionado conserve el recuerdo que tiene de mí». Y concluye: «Aunque ahora mismo descarto anunciarme en corridas, lo que sí haré es actuar en algún festival. Con eso y con este apoderamiento de Palomo, en el que me volcaré con enorme ilusión, mataré mi morriña por el toro».
    HABLA EL TORERO
    Después de un año ausente de los ruedos, el hijo de la figura del mismo nombre retoma su carrera al lado de Víctor Mendes: «Es el apoderado ideal»
    -¿Qué le ha impulsado a adentrarse de nuevo en la aventura del toreo?
    —Nunca me fui, y ahora simplemente retomo mi carrera. Ahora me encuentro bien y a gusto; es el momento de volver a empezar.
    —Después de una alternativa de lujo en 2007 en Pontevedra, con César Rincón y José Tomás, en la campaña americana colgó los trastos. ¿Por qué?
    —Fue por temas personales. Decidí estar un tiempo alejado. Ahora se han dado las circunstancias para que haya tomado la decisión de tirar hacia delante. Siempre tuve claro que quería ser torero y dedicarme a mi profesión.
    —Vuelve de la mano de Víctor Mendes. ¿Cómo nació la relación de apoderamiento?
    —Hemos coincidido varias veces desde hace meses, hemos hablado y entrenado juntos en el campo. Surgió la oportunidad de que él me apoderara y estoy encantado.
    —¿Qué le aporta?
    —Es una figura del toreo que me ofrece experiencia y la visión del toro como torero, algo fundamental. Creo que es el apoderado ideal y, además, es una persona fabulosa.>
    —Se ha decantado por un mentor independiente después de que en sus inicios dirigiese su carrera la casa Lozano
    -A los Lozano les estoy super-agradecido. Me llevaron muy bien, pero esta nueva etapa será al lado de Víctor Mendes.
    —¿Cómo es la preparación?
    —Bastante fuerte. Me estoy preparando muy a fondo, porque ha sido un año entero sin torear en la plaza. Debo estar listo para lo que venga.
    —¿Tiene algún planteamiento de la temporada?
    —Lo ideal es tomar contacto poco a poco con el toro e ir subiendo escalones. Así lo piensa también Víctor Mendes, quien, además del tema físico, me da consejos muy buenos.
    —En ese sentido también tiene a su maestro, su padre.
    —Por supuesto, sus palabras son sagradas.
    —¿Ha dado el visto bueno a esta decisión?
    -Mi familia me apoya. Yo no había parado de entrenarme y ellos estaban seguros de que volvería a torear.
    —Antes de este parón, su padre le indicaba como primer consejo que se arrimase. ¿Y ahora?
    —Ahora me da ese consejo todo el mundo: «Arrímate, arrímate».
    —¿Qué fue lo más duro en esta ausencia?
    —Como fue determinación personal, no resultó tan duro. Pero se echa de menos torear, vestirse de luces, la competencia, estar en una plaza con los compañeros, el público...
    —¿Con qué torero se encontrará la afición?
    -Con uno con muchas ganas y ambición. Aunque como matador sólo toreé unas veinte corridas, imagino que en algo también habré cambiado, sobre todo he corregido defectos técnicos. El concepto es el mismo: busco agradar al público y cortar las orejas. - ROSARIO PEREZ, en ABC