LISBOA-PONTEVEDRA (NATURALES, Correio da Tauromaquia Ibérica) .- La notícia nos ha cogido a todos por sorpresa. Una caída le lleva a la muerte y así nos dice adiós, inesperadamente, el empresario taurino portugués Manuel Gonçalves.
La noticia nos conmueve, sin duda, porque Gonçalves, (aún cuando no era empresario de nuestra devoción, viendo las trapisondadas que de vez en cuando hacía en algunos de los espectáculos a su cargo y que ya referimos aquí, en su momento, en NATURALES), ha sido personaje importante en las últimas tres décadas en la Fiesta de los Toros en Portugal, tal vez con épocas más brillantes en el pasado que en los tiempos cercanos, pero importante al fin y al cabo.
Gonçalves era, sin embargo, un hombre afable y cordial, entusiasta donde los hubiere, pero muy a lo suyo siempre : creía que una corrida con 6 cavaleiros siempre entraría por los ojos más que una de 3. Si podía poner 3 grupos de forcados, mejor que 2... y así sucesivamente. Llevado por ese su entusiasmo, creía que la Tauromaquia era como una obra de teatro, en donde se escenificaba todo y donde los intervinientes debían ser como actores. El, después, yendo y viniendo del patio de cuadrillas al callejón, del callejón a los corrales, daba las órdenes, movía esto o aquello para que todo fuese acorde a cómo el lo había concebido... Era como un director de escena y, por tanto, un personaje singular, cuya ausencia, sin duda, se va a notar.
Nunca me gustó el estilo Gonçalves, que llegó a ser empresario, solo o en conjunto, de infinidad de plazas (desde Lisboa a Viana do Castelo, desde Póvoa a Lourenço Marques). Que llevó "su" tauromaquia a Francia y a los paises de habla portuguesa por el mundo adelante, especialmente Africa. Que soñaba con engordar los carteles con cuantos más intervinientes mejor... Podría decirse que fue el rey de los carteles de 6 cavaleiros... Más que un empresario taurino -que a su modo siempre lo fue- era por encima de todo un empresario de espectáculos, nunca mejor dicho. Si había que montar una velada de boxeo, pongamos por caso, allí estaba el. Se podía contar con el...
Por eso tenía muchos amigos, porque era afable, cordial, servicial... Sin duda que su muerte dejará a muchos impresionados en esta hora difícil del adiós inesperado. Con casi 77 años, Gonçalves falleció por traumatismos causados por una caída en una casa en obras, en la aldea donde nació, en la zona de Guarda. Trasladado de urgencia a Coimbra, llegó al parecer ya casi sin vida al hospital. Sin duda desgracia que le rondaba, al igual que hace años, cuando sufrió un accidente en un ascensor que se desplomó y le causó graves daños en sus piernas de los que se recuperó a medias.
El entierro de Manuel Gonçalves será este martes, a las 15 horas, en la aldea de Mizarela (Guarda), mismo lugar donde nació.
NATURALES envía a la familia de Manuel Gonçalves el testimonio de nuestras más sinceras condolencias y pide al Señor que le acoja en su seno.- EUGENIO EIROA