Reportaje sobre SOUSEL en el diario HOY

NATURALES
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BADAJOZ (Publicado en el diario HOY) .- Suena música charanguera y vacilona. Una churrera guapa y contundente fríe 'farturas' con gracia. En la calle principal, justo por donde pasa la carretera, están preparadas las empalizadas para el encierro de la tarde. Giran carruseles con tristeza cansina. Pasa por el medio del mercadillo un camión gigante de Almendralejo cargado de paja. Un señor vende boinas y vende muchas. Una señora reposa entre globos y garrapiñadas. Un caballero se extasia ante una exposición de casi mil camisas y Daniel llega en una camioneta. Fiesta portuguesa. Gente de negro, sombreros, caras expresivas, paraíso del fotógrafo aficionado. Fiestas de San Miguel en Sousel, a media hora de la frontera española. Como buen pueblo del Alentejo, Sousel está en un cerro, tiene iglesias blancas y muchos cafés donde por medio euro entonas el cuerpo con una bica de líquido negro, sabroso y dulcísimo. El municipio tuvo 10.000 habitantes en 1960. Hoy son la mitad.
Entramos en el puesto de turismo. Daniel es el encargado. Está a punto de volver a la camioneta para organizar una visita guiada. Nos hemos acercado a Sousel para conocer su plaza de toros, la más antigua de Portugal. Daniel indica el camino. Está a unos cinco kilómetros del pueblo. En otro cerro, junto a la Pousada y la ermita del Carmen. La carretera hacia la plaza es estrecha y está mal asfaltada. ¿Cómo es posible que una pousada de lujo y una joya de la arquitectura popular portuguesa tengan unos accesos tan lamentables? Ahora se entiende por qué la corrida de las fiestas de San Miguel se celebra en una plaza portátil. Lidiarán dos grupos de forcados y cinco rejoneadores. Los precios son populares de verdad: entre 20 y 5 euros. Y tras la corrida, sevillanas, ese baile tan luso que coloniza la Raya en el lado extremeño y también en el alentejano. En la plaza del cerro solo se celebra una corrida al año, el Lunes de Pascua, coincidiendo con la romería de la Virgen.
Esta mañana de otoño y festejos, lo que se celebra en el cerro es una carrera de 'carrinhas', esos carritos de madera con rodamientos tan populares hace años en los pueblos extremeños con cuestas. Aunque sea un rallie humilde, parece el de San Remo por la cantidad de gente, de policías, de coches...Pero arriba, en la cima del cerro, donde la plaza y la ermita, a 50 metros la una de la otra, se complementan de azul y blanco, todo es tranquilidad. La plaza está cerrada, pero Adelaida y su hija, la 'doutora' Teresa, dos turistas que descansan en la Pousada, tienen la llave y nos la enseñan. Es linda, sencilla, rural, blanquísima y está muy cuidada. Desde sus asientos más elevados se divisa medio Alentejo: una sucesión ondulada de campos de olivos y alcornoques que acaba en el infinito. Está datada en 1727, año de construcción de la capilla, aunque fue remodelada en 1758 y hay referencias fidedignas de corridas celebradas el año 1760 en este coso de 1.400 localidades.
Una plaza en Azores
La centenaria plaza de toros de Sousel es la perla del mundo taurino alentejano. En esta región se centra la actividad de toreros y rejoneadores y pastan las mejores ganaderías. De las 70 plazas de toros que existen en Portugal, más de la mitad, 36, están en el Alentejo. Hay 13 en Ribatejo, 8 en Estremadura, 6 en Beiras, 3 en Minho, al norte, 3 en el sureño Algarve e incluso una en Azores.Algunas de las plazas de toros más antiguas de Portugal están muy cerca de la frontera con Extremadura: Arronches (1894), a un paso de La Codosera, Assumar (1861), no lejos de Campo Maior y Badajoz, o Santa Eulália (1895), muy próxima a Elvas.
La fiesta de toros más antigua celebrada en Portugal de la que se tiene constancia data de 1258 y se sabe que en 1578 el rey Don Sebastián ordenó edificar una plaza de toros en Xabregas (Lisboa).La plaza de Campo Pequeno en Lisboa, la más popular, y quizás la más importante del país, se levantó en 1892.
En Lisboa han desaparecido nueve plazas de toros y en Oporto, 13. Estos datos, recogidos de un trabajo de Rafael Salinas Calado, «Praças de toiros portuguesas», publicado en 2003 en el periódico «Notícias de Sousel», se complementan con la noticia de otras plazas de toros lusas hoy desaparecidas en Covilhâ, Sintra, Almada, Coimbra o Viseu.
En Extremadura, donde hay casi tantas plazas de toros como en todo Portugal (57), la más antigua es la de Puebla de Sancho Pérez, que dataría del siglo XIV y, al igual que la de Sousel, es del tipo ermita con coso. La plaza de Puebla es de tercera categoría, tiene un aforo de 2.000 localidades y su planta es rectangular. La segunda plaza más antigua de la región sería la de La Parra, del siglo XVI, situada también en el ala de una ermita, la de San Juan. El problema es que estos santuarios con coso no son considerados propiamente plazas de toros por los expertos, aunque la verdad es que en ellos se siguen celebrando festejos.
Más canónicas parecen otras plazas de toros de Extremadura como las de Fuente del Maestre (del año 1828 y con 2.500 localidades), Almendralejo (1843 y 4.000), Zafra (1844 y 5.000) o Cáceres (1846 y 8.000), que en su momento fue considerada superior por los toreros, como reza una copla popular cacereña: «Cuando vino el Chiclaneto / a reconocer la plaza / le dijo a su compañero: / Esta es la mejor de España».En 1859 se inauguraba la plaza de Barcarrota en el patio de armas del castillo de las Siete Torres (5.000 plazas de aforo) y después se levantarían las de Olivenza (1860 y 5.600), Jerez de los Caballeros (1862 y 5.000) y Plasencia (1882 y 7.000). También es histórica la de Alburquerque, de finales del XIX, con 4.500 localidades, mientras que entre las modernas destaca la de Badajoz, con 13.004 asientos, inaugurada en 1967.
Oficialmente, se considera la plaza de Béjar, situada en el alto del Castañar, también cercana a un santuario, como la más antigua de España. Fue en 1711 cuando se celebraron en ella los primeros lances taurinos. Se trata de un polígono exento con coso circular. En 1718 aparece la de Campofrío (Huelva), a un paso de Aracena, una diminuta plaza que curiosamente tiene más localidades (1.500) que habitantes el pueblo (772).
Estas dos plazas de toros junto con las de Tarazona (1792), Santa Cruz de Mudela (1641), Almadén (1765), que alberga, además, hospedería, mesón, oficina de turismo y dos museos, y Aranjuez (1796) conforman la Unión de Plazas Históricas de España. A ellas se unirá la de Zaragoza (1764) y también se consideran históricas las dieciochescas, circulares y clásicas de La Maestranza sevillana (1761) y Ronda (1784).
Sea como fuere, llama la atención que El País que Nunca se Acaba tampoco tenga límites en la arquitectura de la tauromaquia. Así, Extremadura se convierte en el epicentro de las plazas históricas más antiguas de la Península, con Puebla de Sancho Pérez y La Parra como ejes centrales, pero rodeada por antiguas plazas situadas a un paso de los límites de la región: Campofrío al sur, Almadén al sureste, Santa Cruz de Mudela al este, Béjar y Miranda del Castañar al norte y Sousel al oeste.Pero descendemos ya del cerro de San Miguel buscando una mesa para comer.
En el restaurante Sr. Migas, mientras el propio Señor Migas nos sirve un ensopado de borrego, reparamos en un cartel que demuestra que una cosa es la plaza y otra el lance de toros, que en Portugal es menos trágico, más puramente festivo que en España: un cartel anuncia una corrida nocturna en Alpalhao, a un paso de Valencia de Alcántara: los diestros torearán y María Albertina de Estremoz cantará fados
CUADERNO DE VIAJE
Cómo llegar: Desde Badajoz, por autopista hasta Estremoz y allí, dirección Sousel. Desde Cáceres, por Alburquerque, La Codosera, Arronches, Monforte y Fronteira.
Dónde comer: Centro, a un paso carretera Estremoz, Sr. Migas: migas con carne (6'5), ensopado de borrego (7), pianos (7) o pluma (7'5) de porco preto, bife ternera (7), babas de camelo (1'65)
NOTA DE LA REDACCION DE NATURALES : interesante artículo viajero el que anteriormente situamos aquí, felicitaciones a los periodistas de HOY, pero solo un detalle por nuestra parte : la plaza más antígua de Portugal no es la de Sousel, sino la de Abiul, en Pombal, como tantas veces hemos referido. Y en el caso de los apuntes que hacen de Extremadura, un lapsus les ha llevado a dejar atrás la monumental Plaza de Toros de Trujillo (Cácares), 1848, con 7000 localidades de aforo y toda realizada en granito por canteros portugueses. En todo caso, un excelente relato el que antes hemos disfrutado, que complementamos ahora con estos detalles.

En la foto, vista de la campiña alentejana desde un balcón de la Pousada de Sousel